ON 400 N
Un niño se encuentra frente a un lago y nota las olas acariciando las piedras.
Al contrario de lo que le iban a enseñar más tarde, ve que no es que el agua erosiona la roca con su movimiento, sino que la invita incansablemente a unirse a su vastedad, a su libre fluir, a su libre forma, y es la piedra la que se entrega.
Esta experiencia se imprime en lo más profundo de su corazón.
Crece y estudia ingeniería geológica.
Más tarde lo convocan para la construcción de una carretera. Le piden que abra paso entre las rocas con dinamita y maquinaria pesada.
Siente que estaría violando algo sagrado.
Se puede negar, no necesita el dinero, pero acepta.
Siente que en el interior de los futuros conductores hay también algo sagrado y si su trabajo permite que esto brote, merece la pena portar una espina en el alma que el mismo nunca podrá desprender.